Descubre Menorca

Los veraneantes de Menorca describen esta isla como uno de los paraísos del Mediterráneo occidental. Una isla que siempre ha sido un destino popular por su posición geográfica y que se ha convertido en uno de los destinos vacacionales más atractivos.

Una multitud de enigmáticos monumentos históricos impresionan a los veraneantes de hoy en día en Menorca. Las antiguas taulas (desde 1400 a.C.), las enormes mesas de piedra en forma de T, los talayots de la época talayótica, los hipóstilos y las navetas (hacia 2000 a.C.), la primera morada y posterior sepultura, pero también las grutas prehistóricas de la época de cazadores y recolectores, hacen de Menorca un museo al aire libre y un lugar inolvidable para los arqueólogos del ocio.

No sólo un destino vacacional ideal, sino también el lugar perfecto para disfrutar de la vida al máximo. Menorca le ofrece la calidad de vida que siempre ha imaginado. Experimente la paz, la ligereza y la alegría de los lugareños, sin olvidar los magníficos restaurantes y la belleza inolvidable de la campiña menorquina y las impresionantes playas de arena blanca.

Entre las Islas Baleares, Menorca es la isla más oriental y septentrional, clasificada como Reserva de la Biosfera por la Organización del Patrimonio Mundial en el año 1993. Tiene una longitud costera de 701 km² y 216 kilómetros, a lo largo de los cuales se encuentran más de 70 playas. Con un clima típicamente mediterráneo y una temperatura media anual de 16,5 grados, cuenta en la actualidad con 96.000 habitantes repartidos en ocho barrios -Maó (sede de la isla), Ciutadella (antigua capital), Alaior, Ferreries, Es Mercadal, Es Castell, Sant Lluís y Es Migjorn Gran-. Hay otras tres ciudades, Sant Climent y Llucmaçanes y Fornells. Maó (este) y Ciutadella (oeste) son las dos ciudades más pobladas de la isla.

Desde el punto de vista socioeconómico, Menorca, a diferencia de las demás islas del archipiélago balear, ha tenido la suerte de mantener a lo largo del tiempo un perfecto equilibrio entre las industrias tradicionales de la zapatería, la bisutería y la agricultura, lo que ha favorecido el suave crecimiento del turismo y ha permitido que la isla respete su naturaleza y sus playas. Esta conciencia medioambiental sigue presente en todos los habitantes y garantiza una calidad de vida incomparable, ideal para las familias. Un lugar como ningún otro!